Una conectividad soñada que se hace realidad en la región
- Fernando Pérez Gallegos, Profesor - El Divisadero
- 16 may 2015
- 3 Min. de lectura
El anuncio de la creación de una nueva ruta marítima entre Caleta Tortel y Puerto Natales, sin duda que se ha generado en base a voluntades y proyección que realizan agentes turísticos, productivos y agentes gubernamentales locales y regionales para potenciar sus empresas y desarrollar aún más la imagen de esta Patagonia austral que es reconocida mundialmente por su belleza.
Esta iniciativa, desde el punto de vista empresarial, geopolítica y de fomento del turismo, qué duda cabe que es una noticia positiva. Sin embargo, quiero retrotraerme en el tiempo, solamente 5 años atrás, en las postrimerías del Gobierno de Michelle Bachelet, en que tuvimos la oportunidad de conocer los Gobernadores Provinciales de Ultima Esperanza y Capitán Prat de nuestra región el Proyecto de Interconectividad entre Puerto Natales y Caleta Tortel, que se basaba fundamentalmente en la conectividad marítima Intermodal, es decir, transferencia de carga y pasajeros desde un modo vial marítimo-fluvial a uno terrestre, y viceversa, lo cual la generaría una zona estratégica para el intercambio comercial, social, cultural y productivo, siendo la puerta de entrada marítima desde el sur a la XI región de Aysén, y una potencial conexión a un pasillo bioceánico con Argentina y el mar Atlántico. Es así como se planteó la posibilidad de establecer una vía de conexión con la vecina región de Magallanes, y en especial con la Comuna de Puerto Natales, donde, además de la conectividad física, existían otros temas que eran de indudable necesidad planteados por el Municipio de Tortel y el de Natales, tales como: En el ámbito productivo, se observaba la posibilidad de intercambio de productos materiales y mercaderías de variado tipo, con posibilidad de bodegaje en ambas comunas, para su posterior comercialización en sus respectivos territorios, y su internación a otras localidades aledañas, así como establecer nexos entre las organizaciones productivas de cada una de las localidades.
En el ámbito social y deportivo, efectuando un intercambio de experiencias entre organizaciones y líderes comunitarios, para establecer nexos de colaboración entre ellas, y levantar iniciativas deportivas intercomunales.
En el ámbito educacional, con la posibilidad de efectuar intercambios estudiantiles entre las dos comunas, posibilitando la implementación de programas educativos comunes, desarrollar proyectos, efectuar modalidades de residencia familiar, entre otras.
En el ámbito cultural, generando lazos de colaboración para conocer más de la historia y cultura de ambas localidades, para su puesta en valor.
En el ámbito del turismo, en donde poder establecer convenios y nexos entre operadores turísticos de ambas comunas, para desarrollar productos atractivos y novedosos que permitan un flujo permanente y creciente de turistas, especialmente aquellos de intereses especiales, que son los que marginan mayores ganancias y presionan de menor manera el medioambiente y los servicios locales.
Generar una cartera de proyectos conjunta en el ámbito portuario, en sintonía con ambos planes de desarrollo comunal y sus respectivas estrategias de desarrollo regional, con lo cual levantar iniciativas de inversión que mejorarán en de manera paralela la infraestructura pública y de servicios de cada una de estas comunas, produciendo así una plataforma para el mejoramiento sostenido de estas capacidades.
Coordinar actividades de difusión conjuntas, como ferias en ámbitos de la innovación, desarrollo de nuevas tecnologías, medioambientales, energías renovables, etc.
Establecer un flujo de transporte marítimo permanente entre las dos comunas, mediante una(s) embarcación(es) que permita el transporte de carga y pasajeros de manera sostenida y eficiente entre ellas, garantizando así la conectividad del territorio chileno.
Ha pasado el tiempo, la iniciativa gubernamental anunciada en aquel entonces que pronosticaba un poderoso impulso de desarrollo para estas regiones vecinas, considerando embarcaciones con un calado que cubriera las necesidades de carga y pasajeros, mejoramiento de infraestructura portuaria y mejoramiento vial solo quedó reducida a anuncios de desarrollo en el ámbito turístico en el Gobierno de Sebastián Piñera.
Todo ha cambiado, Chile ha cambiado, las regiones claman oportunidades, era de justicia reactivar lo que había quedado pendiente, retomar aspiraciones de comunidades que esperaban el apoyo del Estado. Al asumir el actual gobierno, para beneplácito de las mujeres y hombres del sur de nuestra región a través de esta importante iniciativa que involucra muchos recursos, pero que nos lleva a que el sueño de la conectividad se empiece a hacer realidad, nace una gran oportunidad para la nueva administración gubernamental para que los beneficios sociales, culturales, educacionales, turísticos y económicos para que nuestro territorio patagónico austral se concreten y van a ser con plena seguridad un real incentivo para muchos chilenos que hacen patria en apartados rincones de nuestra geografía y para otros que quieran entregar su aporte para hacer más grande nuestra Patagonia.
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