Poblamiento en Pampa Guanaco: pioneros deberán ser esforzados, soñadores y muy recios
Diario el Pinguino
19 ago 2015
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La distancia y el clima hostil dificultan el acceso a paisajes maravillosos. La nueva villa y sus habitantes deberá ser vital en el desarrollo del turismo de la zona sur de Tierra del Fuego.
Quienes primero llegaron a la zona de Timaukel fueron los grupos de aborígenes selknam y, después, ganaderos de apellidos extranjeros, pero bien chilenos, a comienzos del siglo XX, como Genskowsky, por ejemplo.
Los apellidos Barría, Cárdenas, Sierpe, Barrientos, Guineo, entre muchos otros, también dejaron su huella como trabajadores de alguna de las estancias fundadas un poco más al norte, Cameron, entre ellas.
Después, la abundante y generosa naturaleza entregó a los pescadores deportivos la riqueza de truchas de sus lagos y de sus ríos, como el Río Grande, donde centenares de socios, a lo largo de varias décadas, disfrutaron de los frutos de su afición deportiva y no sólo trajeron algunos a Punta Arenas, por ejemplo, sino que los compartieron en torno a una fogata, cuyas brasas permitieron asarlos a las brasas, por señalar una manera, alternados con corderos al palo o parrilladas, “regadas con copas de vino, del blanco, del tinto y del otro”.
Sin embargo, desde hace un tiempo, el municipio de Timaukel, encabezado por su alcalde, Alfonso Simunovic, empezó a promover el proyecto fundacional de una villa, un villorrio, que se sume a los emprendimientos turísticos instalados a orillas del Lago Blanco o del Escondido, con sus “lodges” de pesca y sus hosterías.
La nueva villa
Pampa Guanaco dista 500 kilómetros al sur de Punta Arenas, con cruce del Estrecho de Magallanes incluido, y si se parte desde Porvenir, la ciudad capital de Tierra del Fuego, hay que recorrer 150 kilómetros, por rutas sinuosas, de ripio en casi todo su trayecto, bordeando el mar, en parte, o los campos ganaderos, evitando las manadas de guanacos que, cada ciertos trechos, saltan los alambrados y cruzan las rutas fueguinas.
Dejando atrás el cruce que lleva a la Villa Cameron, capital o cabecera comunal, dotada de escuela, posta, oficinas municipales y una que otra residencia particular, la ruta empieza a internarse por un paisaje boscoso, con vegas con buenos pastos y abundante agua (era que no).Las casas de una estancia aquí. Un aserradero, más allá. Un río. Tranqueras cerradas. Ovejas y corderos. Aves al por mayor. Otro río. Otra vega y más bosques: la ruta ya apunta a Pampa Guanaco.
Allí, en el cabezal del aeródromo, se alzan las oficinas de Carabineros y de los servicios públicos que atienden a los turistas que van y vienen hacia la ciudad argentina de Río Grande por el Paso Bellavista.
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