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Parque del Estrecho de Magallanes, destino obligado de los visitantes de Punta Arenas

  • La Prensa Austral
  • 27 nov 2015
  • 4 Min. de lectura

Una experiencia de conexión íntima con las culturas, las costumbres y las hazañas del hombre sobre la tierra es la que se puede vivir al visitar elnuevo Parque del Estrecho de Magallanes, que ofrece una panorámica sin igual del paso estratégico que lleva el nombre del navegante portugués, pero, a la vez, proporciona la posibilidad de conocer la historia de este canal marítimo y su vínculo con el desarrollo de la humanidad.


FOTO: Andrea García Valderrama

El sitio permite conocer en qué forma y cuándo estos confines se conformaron geológicamente, su flora y fauna endémicas y sus primigenios habitantes, tanto como los primeros visitantes remotos que se internaron en estas aguas.


“El estrecho de Magallanes fue escenario del mayor viaje de la historia, que permitió comprobar la redondez de la Tierra. Pero, a la vez, más de un millón de años antes fue el hábitat del hombre en la zona más remota del planeta. El estrecho nos une con la historia de la humanidad y nos deja en claro que somos parte de la misma especie y nos hace más universales, más humanistas”.


De esta forma explica Randy Twyman, representante legal de Patagonia Histórica S.A., administradora del Parque del Estrecho de Magallanes, elsustento conceptual del parque que está ubicado precisamente a orillas del referido paso marítimo, a sólo 62 kilómetros de Punta Arenas y a pocos kilómetros de cabo Froward, sobre el morro rocoso de la punta Santa Ana.


Al interior de sus predios se levanta un gran centro de visitantes, que contiene un museo que cuenta la historia geológica y humana del estrecho y su vínculo con el resto del mundo, da cuenta de las travesías marítimas y recuerda los primeros intentos de los europeos por colonizar sus riberas.


Así, desde lo alto del centro de visitantes se puede apreciar, a orillas del estrecho, el punto en que Pedro Sarmiento de Gamboa quiso establecer una colonia española en 1584, bautizándola como Ciudad Rey Don Felipe, pero que fue un intento fallido del cual se deriva el nombre más popular de Puerto de Hambre.


Luego, a través de los senderos establecidos, los turistas pueden recorrer el Fuerte Bulnes, el primer asentamiento chileno que fue fundado en 1843 y que fue la antesala de la actual Punta Arenas, hoy la capital regional de la Región de Magallanes y Antártica Chilena y que ha sido el epicentro del desarrollo de los últimos 150 años del sur de la Patagonia.


El turista puede llegar a través de una agencia o por cuenta propia, arrendando un vehículo o cancelando un taxi. El centro de visitantes y el Fuerte Bulnes permiten realizar un auto-recorrido, si es que no se quiere integrar un grupo.


Cómo estas tierras y este paso marítimo estratégico están unidos a la historia de la humanidad es la vivencia que este parque invita a experimentar.


Desde el nuevo mirador que ofrece el Centro de Visitantes, se podrá apreciar gran parte del Estrecho de Magallanes. A los pies de éste, el lugar donde en 1584 Pedro Sarmiento de Gamboa fundó la Ciudad del Rey Don Felipe, magro intento colonizador de España que hoy se conoce como Puerto de Hambre.


Dentro del Fuerte Bulnes está este faro automático llamado Bernardo O’Higgins que fue inaugurado en 1944. Opera alimentado por paneles solares y tiene un alcance luminoso de 10 millas náuticas.


Las experiencias del museo

Dentro del centro de visitantes, además de poder apreciar casi la totalidad del estrecho de Magallanes y vislumbrar Tierra del Fuego, el turista puede realizar un recorrido por los tres niveles del museo.


En el primer espacio, se habla del periplo de Hernando de Magallanes, pero también del viaje de la humanidad. Aquí las personas se enfrentan a lo humano, recordando de dónde vinimos y hacia dónde vamos. Los primeros habitantes de la tierra y la presencia de los pueblos originarios en esta zona, los primeros navegantes serán parte del relato.


¿Cómo se logrará tal conexión existencial? Bajo las estrellas, porque especial será enfrentarse con la recreación del gran mapa celeste de Cellarius, que da cuenta de la armonía macrocósmica y donde se aprecia la constelación del hemisferio sur.


Una cartografía gigante del estrecho de Magallanes se puede apreciar precisamente en un sector en que el visitante tendrá frente suyo la vista de este canal.


Bajando, está el segundo espacio, que unirá el primer piso con el subterráneo. El pasadizo tiene en el techo una embarcación de madera, bajo la cual –en una de las paredes- se proyectarán imágenes de una secuencia animada que asemejará el nado de lobos marinos, ballenas y otros animales marinos tal y como si el visitante se estuviera sumergiendo en el fondo del estrecho. Todo esto, debajo de la referida lancha y sobre la simulación de un naufragio.


El tercer espacio, en el subterráneo, es el más denso por su mayor información. Se asemejará a un viaje hacia el interior de la tierra. Allí hay pantallas interactivas e instalaciones que permiten conocer cómo se formó el lugar en términos geológicos, su hábitat, su flora y su fauna.


Tres bustos de las etnias originarias que surcaron el estrecho también permiten al visitante contactarse con los primeros habitantes del estrecho.


Una pequeña cafetería y una sala de venta de recuerdos y merchandise podrán complementar este recorrido que hará que cada persona calibre lo que significa ser parte de la “comunidad del Estrecho de Magallanes”.



 
 
 

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