La prueba consistió en un ultra trail running de 60 kilómetros, con partida en el hito geográfico centro de Chile y meta en la Cruz de Cabo Froward.
La exigente prueba se inició a las 06:00 hrs y llevo a los corredores por el camino costero hacia el río San Pedro, permitiéndoles apreciar uno de los maravillosos amaneceres con los que los cielos Magallánicos suelen regalarnos. Los primeros 24 kilómetros no presentaron mayores dificultades a los corredores, que provenientes de México, Estados Unidos, Santiago y Punta Arenas, se atrevían a enfrentar esta prueba. Pero ya una vez pasado el sector del Faro San Isidro, la ruta comienza a mostrar su verdadera cara y a poner los primeros obstáculos a los Trail Runners, orilla de playas con roqueríos diversos y senderos entre frondosos bosques con agudas pendientes de subida y bajada, fueron superados con éxito por la mayoría de los participantes. Ya transcurridos 30 kilómetros de carrera y franqueado el río Yumbel, el panorama cambio dramáticamente y si bien es cierto el cruce de este río no presento problemas para nadie ya que la marea baja se encontraba en su apogeo a la llegada de todos los corredores, desde ahí en adelante se venía un terreno prácticamente desconocido para la mayoría, presentando los extensos tramos de húmedos senderos entre bosques y profundos turbales una exigencia mayor, que consumió un importante nivel de energía de este puñado de corajudos corredores. Pasado este sector, que además ofrece vistas poco habituales de la Patagonia, se llega al río San Nicolas, otro de los puntos críticos de la carrera debido a su gran ancho y que exigió a quienes lo cruzaron, adentrarse en sus aguas hasta más arriba de la cintura.
Pasado el San Nicolas y ya con casi 40 kilómetros recorridos, se vienen unos ocho kilómetros de orilla de playa que permite un controlado trote y retomar el ritmo de carrera que la turba había mermado. Este ritmo se pudo mantener hasta el siguiente y último gran río a cruzar, el Nodales, que ya a esa hora esperaba a los corredores con la marea alta –el cruce de los tres ríos se hace justo en sus desembocaduras en el estrecho – por lo que fue necesario nadarlo para cruzarlo. Una vez al otro lado, la compleja ruta bordeando el estrecho, esperaba a los corredores con nuevas dificultades, sumándose el mar a un terreno lleno de obstáculos naturales, tales como grandes roqueríos, escarpados senderos que hay que subir agarrado de cuerdas, ramas y raíces, grandes troncos tumbados y cruzados en el camino, que parecieron obstáculos menores a esa hora en que la marea alta llegaba a su punto más crítico, cubriendo prácticamente por completo la ruta y obligando a los corredores a un lento avance y en gran parte de este tramo con el agua hasta casi la cintura. Sin duda el haber quedado mojado casi por completo con el ultimo cruce de río y verse en la necesidad de seguir la carrera aún con más agua, causó estragos en los corredores, bajándoles mucho la temperatura corporal y afectando sus rendimientos, lo que determino que solo uno de los seis que partieron, lograra el objetivo final y cruzara la meta.
El ganador fue Mauricio Quintanilla, corredor de Santiago que con un tiempo de 11 horas y 58 minutos completo los casi 60 kilómetros de carrera. Mauricio es un experimentado Trail runner con participación en las más destacadas carreras de este tipo en el país y que una vez recuperado de esta dura prueba, comento que ha sido la más exigente que la a tocado experimentar, pero también una de las más hermosas y que la diversidad de paisajes genero tal admiración que volverá el próximo año a defender su título de ganador y con la experiencia ganada en esta oportunidad, mejorar el tiempo realizado.
Otros participantes fueron, Joanna Finch, norteamericana residente en Punta Arenas y su marido Fernando Osses, de Santiago Gregorio Fernandez y de México Servando Palomeque.
La prueba fue organizada por la empresa productora de eventos deportivos Olimpo, la misma que organiza en invierno el Snowrunning y conto con la colaboración del Club Andino de Punta Arenas, la empresa regional Kayak Agua Fresca, dirigida por Cristian Argel, encargada del apoyo en la seguridad de los corredores y que jugó un papel vital con un gran despliegue de recursos técnicos. La embarcación Kipa Tara y su tripulación, quienes hicieron grato el retorno de los participantes hacia Punta Arenas, permitiendo disfrutar de una entretenida e instructiva navegación por el Estrecho de Magallanes.
El Club Andino destaca y agradece también la colaboración de la Armada de Chile, que dispuso de una embarcación de apoyo ante eventualidades y que estuvo siempre atenta al avance de los corredores.
Por último, se hace también extensivo el agradecimiento a la I. Municipalidad de Punta Arenas, que mantuvo siempre su apoyo a la organización, compartiendo la visión de aportar actividades a la ciudad que permitan aumentar la exposición mediática de los paisajes de su entorno cercano, especialmente de la Península de Brünswick y Estrecho de Magallanes, contribuyendo a difundir sus bellezas y potencial de destino turístico alternativo en nuestra región.